Charlar cara a cara con uno de los máximos exponentes del ámbito tecnológico mundial es una oportunidad que se da muy pocas veces en la vida. Esa oportunidad se convirtió recientemente en una realidad con Raymond McCauley, Cofundador y Arquitecto Jefe de BioCurious (organización sin fines de lucro donde científicos profesionales, aficionados y empresarios se unen para diseñar el próximo gran avance en biotecnología).
En su visita a la Ciudad de México, y en un evento muy especial, organizado por Singularity University, McCauley habló de los cambios que podrían generar el poder de procesamiento actual y nuevas tecnologías como Inteligencia Artificial, Analítica, Learning Machine, Big Data e Internet of Things y la economía de escalas para ayudar a miles de millones de personas en los próximos años: desde cómo los sensores pueden brindar apoyo para controlar enfermedades cardiovasculares hasta la producción de biomateriales, aumentar el suministro de alimentos y proporcionar productos farmacéuticos y biotecnológicos más eficaces para mejorar la atención de la salud.
Se trata de contribuir con nuevas herramientas que ayuden a desarrollar conocimientos basados en datos sobre verdaderos catalizadores de la salud e impulsar decisiones informadas basadas en avances biotecnológicos que revolucionen la forma en que se descubren, desarrollan y administran tratamientos médicos, soluciones alternativas y más ecológicas para buscar alimentos sustitutivos o la creación de vegetales, frutas u hortalizas más sostenibles.
McCauley —quien fue parte del equipo que desarrolló la secuenciación de ADN de última generación en Illumina, y ha trabajado en bioinformática, secuenciación del cáncer y genómica personal— abundó en que los usos de la biotecnología hoy pueden ir desde la elaboración de vacunas y detección temprana de enfermedades como cáncer, hasta procesos para recuperar ecosistemas dañados por la actividad humana con el desarrollo de aplicaciones para proteger la biodiversidad y eliminar agentes contaminantes, a través del uso de microorganismos y plantas que permiten aislar o eliminar diversos tipos de sustancias dañinas, como metales pesados o derivados de los hidrocarburos.
“De hecho”, explicó, “la biotecnología ha proporcionado técnicas de gran eficacia para la creación de cultivos capaces de expresar resistencia a las plagas de forma natural, una innovadora e inteligente alternativa a los dañinos pesticidas, mientras que la biotecnología industrial ha contribuido a la creación de nuevos materiales para el sector de la construcción, la producción de alimentos y bebidas fermentadas, detergentes y productos para el cuidado personal”.
En las últimas décadas, la biotecnología industrial ha sido crucial en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y permite concebir una economía cada vez más alejada de la dependencia petroquímica.
Todo gracias a los múltiples avances tecnológicos que no solo han acelerado vertiginosamente su desarrollo, sino que han expandido los límites de este campo científico hasta rincones que, a principios del siglo XX, apenas podían encontrarse en algunos relatos de ciencia ficción.
Tal es el caso de la bioinformática, cuyo objetivo es abordar problemas biológicos mediante técnicas computacionales, permitiendo la organización, análisis e interpretación de amplios volúmenes de información y datos biológicos.
En relación a esto, Raymond McCauley compartió que, gracias a los avances logrados por familiares que han desarrollado métodos exitosos para monitorear los niveles de glucosa en la sangre, ahora es posible contar con sensores subdérmicos capaces de monitorear dichos niveles a través de un teléfono celular. Estos sensores se conectan a una aplicación que, a su vez, se enlaza con una bomba de insulina para que funcione automáticamente en respuesta a los niveles de glucosa, imitando así el funcionamiento de un páncreas.
Una computadora es la encargada de determinar la cantidad de insulina necesaria y la administra al torrente sanguíneo.De acuerdo con McCauley, esto es tan solo un ejemplo de cómo el biohacking ha resuelto problemáticas qué no solo afectan a un paciente, sino que dan calidad de vida a sus familias.
Esta interesante —y única— charla tuvo lugar en un Pop-up Dinner al que KIO Networks tuvo oportunidad de sumarse para compartir la mesa con integrantes de su ecosistema digital, así como emprendedores y representantes de la iniciativa privada, el ámbito financiero y el sector gobierno, todos interesados en impulsar cambios positivos en todas estas áreas.
En esta extraordinaria cena, los participantes pudieron conocer los últimos avances de la biotecnología en la propia voz de McCauley: ¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué industrias se están beneficiando? ¿Cómo afecta al ser humano?
Tampoco faltó la oportunidad para que los asistentes cuestionaran a McCauley sobre prácticas ilegales y nocivas tanto para la humanidad como para el planeta (como el bioterrorismo o la producción de armas biológicas que causan enfermedades, envenenamiento y muerte), así como su teoría acerca de COVID-19, si ya hay personas clonadas caminando a nuestro lado, o si ya es posible diseñar humanos con mejores capacidades físicas e intelectuales.
El cofundador de BioCurious respondió que, en este ámbito, deben tomarse con mucha seriedad la ética, el resguardo de datos del paciente, las patentes y la regulación jurídica. “Y para ello se necesita de la participación de todos, de ahí la importancia de que este tipo de temas sean parte de la conversación de los tomadores de decisiones de todas las naciones”, añadió.
Para McCauley, México es un país con muchas oportunidades al respecto y ello abre la puerta a nuevas aplicaciones, industrias, trabajos y estudios que nos harán estar mejor preparados para una nueva pandemia y poner las tecnologías en el lugar adecuado.
Tenemos el poder de cambiar y crear soluciones juntos, al final del día: de eso se tratan los Ecosistemas Digitales. Con esto en mente, KIO Networks lleva a cabo este tipo de iniciativas: porque la tecnología es el medio para lograr el éxito en cualquier plano. Así lo creemos y por eso lo hacemos posible.