Un tema de toda discusión y controversia sin lugar a duda son las criptomonedas, para algunos un mal innecesario y para otros una revolución. Y con esto, las preguntas son muchas, desde saber cuál puede ser su fluctuación a corto y mediano plazo, hasta pensar en la posibilidad de que estas reemplacen a las monedas físicas. Las respuestas no son claras, pero lo cierto es que deberíamos estar preguntándolas.
Una pandemia en curso y un 2021 histórico para la moneda digital descentralizada que promete interrumpir las finanzas tradicionales y al mismo tiempo bancos como el Banco de Inglaterra sostiene que las criptomonedas «son extremadamente impredecibles». Por lo que si alguien está pensando en invertir en una, debe estar preparado para que su inversión suba o baje. Incluso es posible que su valor caiga a cero, es decir, sin valor.
Los bancos tienen todas las razones para ser escépticos. Tienen mucho que perder. Muchos tienen preocupaciones sistémicas sobre el potencial de las criptomonedas descentralizadas para desestabilizar o socavar la autoridad o el control de los bancos centrales. La verdad es que todavía hay una falta real de conocimiento sobre las criptomonedas y muchos gobiernos están desacelerando la adopción al presentar los criptoactivos como riesgosos.
Pero nos guste o no, sin duda las criptomonedas y en específico el Bitcoin están ganando popularidad y credibilidad. El valor combinado de las criptomonedas del mundo (en su mayoría bitcoin y ethereum) alcanzó los 2 billones de dólares en agosto. La valoración de todos los bitcoins combinados es de alrededor de $ 700 mil millones, lo que equivale al 6% de la valoración del oro.
Con esto es claro que las criptomonedas merecen una atención seria y lo están consiguiendo. La adopción e implementación de soluciones blockchain por parte de instituciones financieras, criptoempresas y gobiernos mundiales está en marcha. Muchos capitalistas de riesgo creen que la industria de los activos digitales resultará revolucionaria. El Salvador incluso lo ha adoptado como moneda oficial en reconocimiento a sus innegables ventajas de portabilidad, divisibilidad, resistencia a la inflación y transparencia.
Incluso, actores tradicionales de la industria como Mastercard están comenzando a adoptar activos digitales. Los índices S&P Dow Jones ahora producen puntos de referencia de criptomonedas y varias de las empresas comerciales más grandes de Wall Street han indicado que ahora serán participantes activos en los mercados de criptomonedas. Hemos visto crecer significativamente el interés institucional por estos activos digitales, lo que supone una adopción mundial dónde solo restaría saber en qué tiempo podamos alcanzarlo.
Bitcoin y otras criptomonedas han surgido como una nueva clase de activos que ha obtenido rendimientos extraordinarios y una legitimidad creciente durante la última década. Y con el gran debate en curso entre los reguladores de los EE. UU. A la UE en 2021 sobre cuánta regulación se debe aplicar a las criptomonedas, está claro que vale la pena tomar las criptomonedas en serio.